Análisis Mercenaries 2: World in Flames

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Hace casi tres años, fuimos testigos del nacimiento de un potente título de acción que sacudió nuestras consolas. Por esos días, PlayStation 2 y Xbox reinaban en nuestras salas y más o menos como ahora, mantenían una dura batalla por el control del mercado del ocio electrónico. 



Mercenaries: Playground of Destruction nos trasladó a la lejana Corea, donde, tomando el control de despiadados mercenarios, tuvimos que acabar con 52 criminales de guerra, representados por mazos de cartas. Los años han pasado y Pandemic Studios pretende repetir el éxito con Mercenaries 2: World in Flames. Puede que durante el juego encontremos algunas variantes y molestos errores, pero la esencia central con explosiones y acción trepidante sin duda alguna se mantiene intacta. 



Historia 

La trama del juego estará ambientada esta vez en Venezuela. Todo comenzará cuando el político Ramon Solano, contrata nuestros servicios a una cifra más que razonable. El pequeño trabajito consistirá en infiltrarse en una mansión y rescatar a uno de sus hombres. Hasta este punto nada complicado pues la misión se presentará como un tutorial del juego. 

A nuestro regreso, Solano decide darle fin a nuestro contrato y de paso a nuestras vidas, ahorrándose el pago de una fuerte suma de dinero. Con un poco de suerte y tan solo con el orgullo dolido, lograremos salvar nuestro pellejo, y escapar a nuestro reducto para planear nuestra venganza, dulce venganza, por que en Mercenaries 2: "Todos Pagan".




Jugabilidad 


La característica principal del juego radica en su orientación hacia la acción pura y dura, con altas dosis de tiroteos y explosiones. Aunque el apartado jugable posee ciertos defectos, estos son eclipsados rápidamente por la simplicidad de su sistema de control y su ritmo incesante. Las vibrantes secuencias de acción directa y destrucción simple que tanto gustaron en la primera entrega están de regreso, para nuestro completo deleite. 

En un principio tendremos que seleccionar uno de los tres mercenarios con los que afrontaremos la aventura: Mattias Nilsson, Jennifer Mui, y Chris Jacobs. Cada personaje posee una perspectiva diferente para afrontar los peligrosos y llevar a buen puerto una misión. Estas pequeñas diferencias de estilo no poseen un gran impacto en el desarrollo del juego y mucho menos en las opciones de jugabilidad, aunque si existen ciertos diálogos que variaran entre personaje y personaje. En resumen, jugar con diferentes mercenarios no cambiará en lo absoluto el desenlace de la historia.




Las primeras misiones están diseñadas para que el usuario logre adaptarse tranquilamente al sistema de juego, además de permitirnos acceder a un gran número de armas, explosivos y vehículos que tendremos que dominar a lo largo del juego. Luego, podremos acceder a nuestros primeros contratos, unos más complicados que otros, pero igual de divertidos.

Uno de los aspectos que tendremos que afrontar durante el desarrollo del juego, es el manejo de las facciones, grupos armados que buscan hacerse con el control de la nación y derrocar a su cruel dictador. La dinámica entre mercenario y facción es realmente importante. Serán estos grupos organizados los que nos ofrecerán dinero a cambio de nuestros servicios. 




Cada facción posee un amplio catálogo de misiones, normalmente referidas a la destrucción de un grupo enemigo. Completar todos los objetivos y acabar con sus enemigos nos significaran jugosas recompensas y el acceso a su comercio de armas. Por otro lado, las facciones a las que ataquemos comenzarán a vernos como un enemigo y nos dispararán casi al momento, además de cerrarnos completamente las puertas de su arsenal. Esta clase de relaciones pueden ser fácilmente balanceadas, tomando misiones para cada bando, así que no representarán una verdadera molestia. De todos modos un mercenario nunca lucha bajo una sola bandera. Para el lo más importante es completar el trabajo y asegurarse que nos paguen por ello. 



La cantidad de armas presentes en el juego es más que respetable, pero serán aquellas de gran poder destructivo, como granadas y bazucas, las que nos serán más útiles en combate. Claro que tampoco podemos dejar de lado los vehículos, que podremos secuestrar en cada una de nuestras incursiones bélicas. Prácticamente todos estas potentes naves, como tanques y helicópteros, poseen minijuegos previos a su secuestro. Durante estas secuencias tendremos que pulsar correctamente los botones para hacernos con el control del vehículo y dar cuenta de su piloto. 

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